MI HIJO PEGA ¿POR QUÉ Y QUÉ DEBO HACER?

MI HIJO PEGA!

MI HIJO PEGA! ¿POR QUÉ Y QUÉ DEBO HACER? Y el día llegó, estás tranquilo y de pronto te das cuenta que tu hijo esta enfadado por una u otra razón y “zaz”, tienes un golpe en la cara, ó un amiguito de él ó el mismo.
Ha comenzado a golpear su cuerpo o a los demás “sin razón aparente” y tus primeros cuestionamientos son: ¿por qué lo ha hecho si en casa no le pegamos? ¿le dolerá algo? ¿se ha vuelto mal criado? y peor si tienes a alguien a tu lado que cree en las famosas “nalgaditas a tiempo”, porque comienzan a atacarte, reprocharte y señalarte como una mala madre/padre, la que no pone límites, la que malcría, la que permite todo, pero solo tu sabes lo que ocurre en casa y la crianza que has elegido.
Antes de continuar, si no sabes lo que es la crianza respetuosa y solo vienes a atacar, no sigas, si no estás dispuesta/o  a estudiarla, comprenderla y aplicarla, por favor, no comentes.
Muchos creen que la crianza con respeto y apego es igual a la crianza permisiva y definitivamente no es así.
Sigamos analizando el por qué mi hijo pega!…

 ¿Por qué mi hijo pega?

Tu hijo está conociendo el enojo y frustración  y esto es una completa explosión para él:
  • Comienza a querer reafirmar el “yo” porque se da cuenta que la vida no gira alrededor de él.
  • Le han quitado su juguete favorito o lo han obligado a compartir.
  • Le han prohibido hacer alguna cosa (aunque esa prohibición sea acertada).
  • Sus padres son demasiado autoritarios o demasiado permisivos.
  • Le ha disgustado alguna situación (que lo carguen, que le den besos, que no lo carguen, que no le den besos).
  • Tiene algún cambio en su vida cotidiana (divorcio, separación por escuela/trabajo, llegada de un hermanito, etc)
  • Ha visto violencia a su alrededor (recuerda que aunque sea jugando es palmada que se dan entre parejas, ese manotazo con un “ya” incluído, para el es algo real).
  • En algún momento reaccionaste con risas y quiere ver si esto se repite.

Y entramos a lo difícil ¿qué hago? ¿lo dejo que lo haga para no pegarle? ¿le pego para que sepa quien manda?

¿Por qué mi hijo pega?

La respuesta es NO, ninguna de las dos.
¿Por qué mi hijo pega?
¿Por qué mi hijo pega?

Primero, reconoce la razón del por qué mi hijo pega.

Los niños no se enojan porque si, que a nosotros nos parezca inválido su motivo es algo muy distinto, pero vamos, es cuestión de percepciones, preguntale si a él le importaría perder todo el dinero que tenía para la semana teniendo plátanos en casa y te dirá que no, que el come plátanos sin problemas, pregúntate tu si llorarias porque se te ha caído tu último pedazo de pan y seguramente dirás que no, pregúntale eso a un niño que estaba disfrutando tanto de ese último bocado.
Lo que no es importante para tí, para él si lo es, no descalifiques.

 Valida sus sentimientos.

Imaginate que estas muy triste porque terminaste con tu pareja de años, qué sentirías si tu mejor amiga, esa a la que le cuentas todo te dice “ay, eso no importa”, claro que importa, claro que vale, claro que sientes, lo mismo pasa con tu hijo, el tiene derecho de sentir enojo y frustración ¡y esta bien sentirse así!. Dicelo: “mi amor, lo que sientes es enojo, es válido porque era importante para tí, ¿puedo apoyarte en algo?”.
Y entonces él de nuevo suelta un golpe , “ok, estas molesto, pero eso no justifica que pegues, no es correcto”. Cuando esto ocurre lo mejor es alejar al niño del lugar del conflicto y llevarlo a un lugar más tranquilo. Ojo, no es lo mismo un lugar de paz y acompañamiento a mandarlo a la esquina o a la “silla de pensar”, solo es sacarlo del ambiente tenso, si el problema es contigo, respira, cuenta hasta mil si es necesario.

Ponte a su altura y míralo a los ojos.

Físicamente los adultos somos imponentes para ellos, más alto, más grande, más fuerte, el agacharnos y poderlos mirar a los ojos sin que ellos tengan que alzar el rostro a la gran figura que tienen enfrente es importante, pasamos de ser una figura imponente a una de contención donde el se sentirá más agusto, donde no hay ruidos intermedios ya que las palabras son cercanas y se entra en una conexión con él diciéndole “yo estoy aquí”, “no te estoy juzgando, te estoy apoyando, acompañando”.

Utiliza un lenguaje simple y un tono de voz tranquilo.

Se que es difícil después de tremendo golpe que ha soltado pero tu eres su calma, un niño alterado frente a un adulto alterado no resultara bien nunca.

Cambia el “NO” por el lenguaje positivo.

En medio de esta explosión de sentimientos lo que menos hará tu hijo es aceptar un no como respuesta y mucho menos si este es rotundo y autoritario, estamos hablando de un niño que no entiende lo que ocurre, que no sabe expresarse, el solo recibir esta respuesta resulta inválida para él y no lo tomes a mal, él necesita algo más que eso y tenemos dos opciones: darle una mejor opción o darle una explicación simple.
  1. Lo primero se refiere a cambiar el “no pegues” por un “mejor acaricia, abraza, háblame para que voltee” y en caso de que quiera tener o hacer algo que no es correcto o es peligroso, mostrarle alguna otra cosa con la cual entretenerse “no podemos jugar en el columpio, pero vamos a la resbaladilla”.
  2. Lo segundo es aplicable cuando ya no encuentras otra forma de hablar en positivo, y se trata de que el no, siempre vaya acompañado de una explicación simple y clara, por ejemplo, “no pegues porque… eso lastima, duele, puedes herir a alguien”, utiliza palabras fáciles y que tu hijo ya comprenda.
Aquí puedes ayudarte de gestos y mostrarle que podría ocurrir, por ejemplo, si tienes una cicatriz, “mira, esto me paso por caerme, si tu avientas al niño y se cae, a él también le puede ocurrir”.

 Enseña a reparar el daño en medida de lo posible.

Cuando un niño pega es importante que no solo se le acompañe, si no que vea que un golpe tiene una consecuencia que afecta a otros, el pedir “perdón” muchas veces no trae consigo un verdadero aprendizaje ya que el pequeño aún no sabe el valor de las disculpas, por eso lo mejor es mostrarle cómo reparar el error o al menos mejorar, ejemplo: “le pegaste a la niña, se cayó y se raspo, ¿qué te parece si le compramos un curita?”

“golpeaste a tu hermano y ahora él está triste, ¿y si lo invitamos a jugar a la pelota?”.

Un niño molesto o frustrado, es una PERSONA que siente y esta aprendiendo a manejar sus emociones, todos podemos tener estos periodos de cambios, tratemos a los niños como nos gustaría ser tratados, sus sentimientos también son válidos, tu eres su mejor guía y contención, mantén la calma, los frutos de la crianza respetuosa no son inmediatos, pero si duraderos.

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